miércoles, 18 de abril de 2012

JOYAS DE EVANGELIZACIÓN: Peregrinos del Evangelio Relato 2, Parte II compilado por Superte. Adolfo Rodríguez

 SEIS DÍAS EN ALTAS MONTAÑAS


El viernes 10 de febrero de 2012, viajamos unos 200 km. desde La Chorrera  hasta El Copé de La Pintada, en la provincia de Coclé. Allí abordamos un vehículo de doble tracción que, en un trayecto de una hora, nos condujo hasta nuestra iglesia de El Palmar de Olá. Es una región de alturas milenarias, cuestas muy empinadas, sembrados de naranjos y cafetos, arroyos de aguas cristalinas, ríos que serpentean en profundas cañadas, brisas muy fuertes procedentes de la cordillera central y moradores laboriosos y hospitalarios.

Nuestra iglesia tiene un bonito templo en El Palmar, que parece asentarse en la abrupta ladera de la montaña. Allí, lejos del bullicio de las ciudades y del tropel de las grandes urbes, disfrutamos del descanso sabático con programas bien concurridos, solemnes y edificantes.

El domingo a mediodía salimos a pie hacia El Calvario donde daríamos un culto a varias familias. Es un trayecto de unas tres horas bordeando el Río Grande, subiendo agotadoras pendientes, disfrutando el fresco verdor campestre y teniendo siempre a la vista el imponente cerro Negro. El programa resultó muy bueno con nutrida asistencia, en una casa situada en lo alto de una montaña, rodeada de jardines y árboles frutales, con una vista espectacular. Allí pasamos la noche sintiendo las ráfagas frías procedentes de la cordillera.

El lunes amaneció frío y lluvioso. Salimos bajo la llovizna hacia La Zancona donde visitaríamos muchos hogares que ya conocen la iglesia, reciben estudios bíblicos, han visitado nuestras Convenciones y tienen numerosos testimonios de Sanidad Divina. Son gente amable, conceptuosa y respetuosa. Con ellos trabajamos hasta las tres de la tarde, subiendo y bajando por angostos caminos, lodosos, bordeados de helechos y rastrojos, siempre cantando, testificando, orando y predicando. En las primeras horas de la noche regresamos a la casa pastoral de El Palmar.

El martes volvimos a salir poco después del amanecer rumbo a La Mesa. Nuevamente las lomas nos aceleran las palpitaciones del corazón, pero avanzamos lentamente, sudorosos, hacia las familias que nos esperan más allá de las altas cumbres. Otra vez evangelizamos, cantamos, oramos por los enfermos y llevamos fe y esperanza a muchas familias.

El miércoles visitamos varias casas en El Palmar Arriba, pues el regreso estaba programado para iniciarse a las dos de la tarde. Familias enteras dejan sus diarios quehaceres para atender respetuosamente el mensaje del Evangelio.
Ahora, a tres semanas de distancia, un inexplicable júbilo nos invade. “No tenemos plata ni oro”, pero nos anima un glorioso fuego interior que nos hace dejar la comodidad del hogar y viajar como “mensajeros de paz para un mundo en tinieblas”, bajo el quemante sol, por lodazales inclementes, cansados, sudorosos, con la gloriosa cruz de Cristo al hombro “pues en ella está la semilla de la redención humana”.

Tomaron parte en este trabajo misionero: la Pred. Aurora González, los MBL Remigio Moreno y Raúl González, de El Palmar; y desde La Chorrera, el Ev. Amilkar Nuñez, director de la Campaña de Evangelización IMPACTO EVANGELÍSTICO DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, y quien esto suscribe,
Superte. Adolfo Rodríguez.

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